Ójala todos mirásemos lo que nunca mira nadie sin darnos vergüenza y pena.
Todos querríamos que los llantos desconsolados no estrangulasen las gargantas ni que la justicia estuviera arrestada por orden de la avaricia. Nos iría mejor si Esperanza no fuese sinónimo de Mentira y los sacos para guardar alegrías no estuviesen llenos de agujeros. Nunca más se debería admirar el valor en la batalla ni deberíamos salir a la calle abrazados a la tristeza.
Claro, que entonces Fito nunca habría escrito esta maravilla...
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